lunes, 10 de noviembre de 2008

EL FIN DE LAS AFJP ¿EL PRIMER CAMBIO ESTRUCTURAL KIRCHNERISTA?

Con la finalización de las AFJP y el retorno al sistema jubilatorio de reparto un grupo de economistas de izquierda, encabezados por el diputado Claudio Lozano, esgrimieron que no sólo están de acuerdo con la medida tomada por la presidenta Cristina de Kirchner sino que además consideran que este fue el primer cambio estructural que se produjo en la economía argentina desde la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia el 25 de mayo de 2003.
Esto significa, por lo tanto, que los restantes cambios que se produjeron en la era kirchnerista, según estos economistas, fueron simplemente “maquillajes” del modelo económico existente durante la década del noventa.
En este sentido, cuando se analiza la lógica y característica de un modelo económico para entender su composición estructural es fundamental comprender hacia donde se dirige el excedente económico generado en esa economía.
Los fisiócratas, que era una escuela económica francesa que existió desde mediados del siglo XVIII a fines del siglo XVIII, introdujeron el concepto de producto neto que era la diferencia entre el valor de la producción final y el valor de la inversión inicial. Es decir, el concepto de producto neto es el concepto de excedente generado por una economía.
Según esta escuela francesa la única actividad capaz de generar producto neto, esto es, excedente, era la agricultura. Por lo tanto, si Francia quería convertirse en un país más rico tenía que lograr que todo el excedente generado por la economía Francesa debía volcarse a la agricultura.
Con este objetivo los fisiócratas recomendaban el liberalismo económico como política de crecimiento, debido a que si se dejaba funcionar libremente al mercado la riqueza de Francia iría en forma automática al sector agrario, lo cual generaría un incremento de la inversión agraria y de esta forma un aumento del producto neto; permitiendo que Francia sea un país más desarrollado.
Fueron Adam Smith y David Ricardo los primeros economistas en darse cuenta que para lograr un crecimiento sostenido de la economía el excedente tiene que ser volcado hacia el sector industrial.
Por ejemplo, David Ricardo se enfrentó drásticamente al sostenimiento de la ley de grano que existía en Inglaterra debido a que protegía la importación de productos agropecuario, protegiendo de esta manera el negocio de los terratenientes. Por lo tanto, según el economista, si la ley de grano continuaba el excedente de Inglaterra se destinaría en gran parte al sector agrario.
En cambio, con la eliminación de la ley de grano se permitiría la importación de productos agropecuarios a un precio más barato, lo cual permitiría reducir los costos industriales provocando de esta manera que el excedente de Inglaterra se volcara en forma masiva al sector manufacturero. En 1946 se elimina la ley de grano e Inglaterra se transformó definitivamente en la potencia industrial a nivel mundial.
En la actualidad algunos economistas comenzaron a diferenciar entre el concepto de crecimiento y desarrollo. Según estos economistas, crecimiento es el aumento del producto bruto interno y desarrollo económico incluye al crecimiento económico pero es más abarcativo.
En efecto, para que exista desarrollo tiene que verificarse, por ejemplo, un proceso de distribución del ingreso. Pero también, según estos economistas, para que se experimente un desarrollo debe producirse un cambio sustancial en su estructura económica. En otras palabras, el desarrollo implica un cambio estructural de la economía, lo cual significa pasar de una economía agraria a una economía industrial.
Por lo tanto, según estos autores, el proceso de industrialización es una cambio estructural necesario para transitar el camino del desarrollo económico. De esta forma, un cambio estructural requiere que la mayor parte del excedente de la economía se vuelque al sector manufacturero.
Cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia el 25 de mayo de 2003, la economía argentina venía experimentando un modelo de valorización financiera, donde la mayor parte del excedente de la economía argentina se destinaba al sector especulativo –financiero y donde la renta financiera era el centro de la economía argentina.
Este modelo de valorización financiera fue instaurado durante la dictadura militar de 1976 cuando Martinez de Hoz, ministro de economía, introdujo la reforma financiera en 1977. A partir de dicha reforma el sector financiero se transformó en el ordenador de la economía argentina. Es decir, el excedente de la economía argentina comenzó a volcarse masivamente al sector financiero – especulativo.
Este modelo rentístico – financiero fue legitimado por Alfonsín y profundizado por Menem y De La Rua con la Convertibilidad. Justamente la creación de las AFJP en 1994 durante el gobierno de Menem respondía a la consolidación y profundización de la valorización financiera como lógica de funcionamiento de la economía argentina. Efectivamente, la creación de las AFJP permitía destinar una cantidad de recursos importantes para la obtención de rentas financiera.
Las consecuencias del modelo de valorización financiera impuesto por el Fondo Monetario Internacional fue no sólo el aumento de la deuda externa y la fuga de capitales sino además un fuerte proceso de desindustrialización de la economía argentina con el consiguiente incremento de la desocupación y la pobreza.
A partir del kirchnerismo el sector productor se transformó nuevamente en el centro de la economía argentina. Pero además uno de los sectores que más creció durante la era kirchnerista después de la construcción fue el sector manufacturero.
Por lo tanto, a partir del gobierno de Kirchner se cambio de un modelo de valorización financiera a un modelo de valorización productiva. En otras palabras, a partir del crecimiento económico experimentado durante la era kirchnerista el excedente de la economía argentina volvió a destinares a los sectores productores de bienes, fundamentalmente el industrial, y no en el sector financiero – especulativo.
En este sentido, la instauración de un modelo de valorización productiva, que se tradujo en una abrupta reducción de desempleo y pobreza, fue el primer y más profundo cambio estructural del gobierno de Kirchner.
De esta manera, el fin de las AFJP sólo se puede entender en este nuevo contexto de la economía argentina. Así como la consolidación del modelo de valorización financiera requirió de la creación de las AFJP, la profundización del modelo de valorización productiva requiere del fin de las mismas.
Por lo tanto, terminar con las AFJP no fue el primer cambio estructural de la era kirchnerista. El fin de las AFJP fue otro cambio estructural dentro del principal cambio estructural del gobierno de Kirchner: la creación de un modelo de valorización productiva en el cual el excedente de la economía argentina comenzó a destinarse a la producción de bienes y particularmente productos industriales.

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