Para entender la importancia del pago de la deuda al Club de París con reservas del Banco Central es fundamental comprender primero como funciona el Fondo Monetario Internacional y para que el organismo internacional presionó para participar en la reestructuración de dicha deuda.
El Fondo Monetario Internacional se creó una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945). En julio de 1944, cuando se acercaba el fin de la guerra, se concretó el llamado Tratado de Bretton Woods entre los gobiernos aliados, quienes sabiendo del triunfo comenzaron a trazar los diferentes mecanismos para la reconstrucción de las distintas economías y el comercio internacional una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.
En este sentido, se estableció, entre otras cosas, la constitución de distintos organismos internacionales con el objetivo de ordenar la economía y las finanzas internacionales para la posguerra. Una de estas instituciones fue el Fondo Monetario Internacional. De esta forma, el 1º de mayo de 1947 el Fondo Monetario Internacional dio comienzo formalmente a sus operaciones, siendo uno de sus objetivos centrales colaborar con el desarrollo de los países periféricos.
Sin embargo, el resultado de la actuación del organismo internacional fue otro. En efecto, el accionar del Fondo Monetario Internacional terminó siendo funcional a los países desarrollados en detrimento de los países en desarrollo.
En particular en la Argentina, el Fondo Monetario Internacional fue totalmente funcionales a los distintos sectores dominantes locales y extranjeros y en contra de los intereses sobre todo de los sectores populares pero también de la clase media. La intervención del Fondo Monetario Internacional ha condicionado el desarrollo del país a los intereses de las grandes multinacionales y a los sectores dominantes internos.
La pregunta inmediata entonces que uno se tiene que hacer es ¿cómo el Fondo Monetario Internacional condicionó el desarrollo económico y social de la Argentina?. O de otra manera ¿cómo el accionar del organismo internacional terminó beneficiando a los sectores dominantes internos y externos perjudicando a los sectores populares y la clase media argentina? Para responder estas preguntas es fundamental entender como funciona el organismo internacional.
Una de las funciones centrales que comenzó a tener el Fondo Monetario Internacional fue la de conceder fondos a los distintos países, sobre todo los subdesarrollados que son los que tienen menos posibilidades de acceso al financiamiento externo.
Cuando el organismo internacional otorga un respaldo financiero al gobierno argentino, como a cualquier otro gobierno, este último debe comprometerse a adoptar una serie de medidas de política económica con el objetivo central de garantizar el cumplimiento en el pago de la deuda externa. Ese compromiso del gobierno nacional se conoce como “condicionalidad”.
El Fondo Monetario Internacional exige la presentación de una “carta de intención” o también denominada como “memorando de política económica y financiera”, en la cual el gobierno nacional describe las medidas que implementara durante el período de acuerdo como contrapartida al respaldo financiero otorgado por el organismo internacional.
La función del Fondo Monetario Internacional es, por lo tanto, la aprobación del memorándums mandado por el gobierno nacional a cambio de ayuda financiera. Posteriormente, el organismo internacional se encarga de controlar y fiscalizar la aplicación de las distintas políticas económicas detalladas en el memorándums.
De esta forma, el Fondo Monetario Internacional fue imponiendo a los países subdesarrollados, y particularmente a la Argentina, los distintos paquetes económicos, como las políticas de ajuste estructural de la década del ochenta y el Consenso de Washington en la década del noventa, que terminaron beneficiando a los sectores dominantes y perjudicando a los sectores más humilde de la población. En efecto, las políticas económicas exigidas por el organismo internacional generaron un aumento abrupto del desempleo, la pobreza, la indigencia y la concentración del ingreso.
Con la crisis de 2001 el organismo internacional prosiguió la presión sobre el gobierno de Duhalde para continuar con los planes ortodoxos funcionales a los sectores dominantes. En este sentido, el gobierno argentino mandó el siguiente memorámdum al organismo internacional.
Acuerdo de Transición
Memorándum de política económica, enero de 2003.
- Suspensión de planes de competitividad, gravar combustibles con impuesto proporcional y no de suma fija, gravar con impuesto a las ganancias reintegros a la exportación.
- Reducción en programas de gasto público.
- Aumento del gasto de contención social.
- Aumento de la deuda pública (alrededor de 40.000 millones de dólares) por reconocimiento a los bancos de pesificación asimétrica y de diferencia por amparos, por deuda con proveedores y contratistas, por nacionalización de deudas provinciales y por indexación de bonos en pesos entregados a títulos de depósitos a plazo fijo.
- Se avanzará en la renegociación de la deuda pública con los acreedores privados del exterior. Se formularán propuestas para adecuar los instrumentos reestructurados a las necesidades de los inversores.
- Compromiso de no acumular atraso en pagos a organismos internacionales.
- Se mantendrá flexibilidad del tipo de cambio limitando la intervención en el mercado cambiario.
- Se seguirán desmantelando restricciones y controles cambiarios.
- Se limitará la capacidad del Poder Judicial para anular decisiones del Banco Central sobre transferencias de activos.
- Se protegerá a los funcionarios públicos de los aspectos de la legislación actual que puedan resultar en impugnaciones o demandas de compensación contra actos realizados en un proceso de reestructuración y saneamiento bancario.
- El Banco Central designará a su personal.
- Se seleccionarán empresas internacionales de consultoría para proponer curso de acción para reformar bancos públicos, incluyendo la definición del rol estratégico de la banca pública y la colocación de acciones en bolsa (privatización parcial).
- Se limitarán las actividades de préstamo de los dos bancos públicos principales (Nación y Provincia de Buenos Aires) exigiendo un cofinanciamiento mínimo del 50% con un banco nacional privado para todos los préstamos superiores a un millón de pesos.
- Se respaldarán los arreglos extrajudiciales entre empresas con problemas financieros y sus acreedores, pero el respaldo no puede incluir recursos fiscales para seguro de cambio o devolver deuda o intereses.
- Se solicitó asistencia al Banco Mundial y al FMI para revisar en febrero la situación financiera de las empresas privatizadas de servicios públicos y desarrollar un marco regulatorio que podría reemplazar los controles de pecios y tarifas actuales y facilitar la reestructuración de las deudas de las empresas.
- Se modificará nuevamente la ley de Quiebras. Mientras tanto el gobierno asegurará que no se tomen medidas no voluntarias que limiten el cumplimiento de los derechos de los acreedores.
- No se aprobarán leyes u otras normas que permitan la suspensión involuntaria de los derechos de los acreedores.
Como puede apreciarse el Fondo Monetario Internacional en medio de la peor crisis económica y social de la Argentina nuevamente volvió a actuar como representante de los intereses de los acreedores y de las empresas privatizadas. Pero además pretendía terminar el proceso privatizador a partir de la privatización parcial de los bancos públicos argentinos. Por otro lado, no sólo interfería en los asuntos de políticas económicas sino además en el sistema judicial argentino.
De nuevo, luego de la salida de la crisis de la Convertibilidad el organismo internacional pretendía profundizar las políticas neoliberales con el objetivo central de volver a beneficiar a los sectores dominantes internos y externos en detrimento de los sectores populares.
Por lo tanto, librarse del organismo internacional tanto pagando la deuda al Fondo Monetario Internacional como al Club de París, cuya condición de renegociación era la intervención del organismo internacional, es una medida de independencia económica.
El hambre de los argentinos no se termina con una o dos medidas económicas. El hambre de los argentinos se termina con un modelo económicos caracterizado por la industrialización, la generación de puestos de trabajo y la distribución del ingreso. La única manera para llevar adelante este modelo económico es librándose del Fondo Monetario Internacional. Por lo tanto, insistimos, el pago al Club de París es una medida nacional y popular.
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