viernes, 5 de septiembre de 2008

EL PAGO DE LA DEUDA AL CLUB DE PARÍS

Por el Grupo de estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP).

Muchos sectores del llamado campo nacional y popular y del progresismo argentino expresaron varias criticas a la actitud de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de pagar la deuda con el Club de París utilizando reservas del Banco Central de la República Argentina, argumentando principalmente que esta medida es anti popular y anti nacional debido a que esos fondos se podrían haber utilizado para resolver el hambre de nuestro pueblo o utilizado para mejorar la educación y la salud de todos los argentinos. En otras palabras, que el gobierno de Cristina decidió honrar la deuda del sector financiero a costa de la deuda social que mantiene con nuestro pueblo.
La primer aclaración es que la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina imposibilita la utilización de reservas para financiar planes productivos o programas sociales. Por lo tanto, estos recursos utilizados para el pago de la deuda con el Club de París no podría utilizarse para fines sociales ni productivos.
Pero imaginemos por un momento que sí podrían utilizarse. Sin embargo, tampoco las criticas de los autocalificados nacional y popular o del progresismo argentino tendrían validez.
Esta discusión hace acordar a la critica recibidas por Perón cuando nacionalizó los ferrocarriles. Se le decía que era una medida antinacional y antipopular porque utilizaba recursos para comprar ferrocarriles a los inglese que estaban obsoletos y que por lo tanto esa medida era funcional a los intereses del imperio británico.
Ahora bien ¿cuál es el error de ambos análisis, es decir, el de tratar de anti popular y anti nacional a Perón por nacionalizar los ferrocarriles y a Cristina por pagar la deuda al Club de París?. En ambos casos se descontextualiza la medida. Es decir, para saber si una medida es nacional y popular se debe contextualizar.
Cuando Perón decidió nacionalizar el ferrocarril la Argentina comenzaba un fuerte proceso de industrialización que implicaba la creación de puestos de trabajo, la reducción de la pobreza y la indigencia y la distribución del ingreso. Es decir, la compra de los ferrocarriles se insertaba en un contexto de desarrollo económico y social iniciado por el gobierno de Perón. Y en ese contexto se debe analizar la medida.
En otras palabras, no era la nacionalización del ferrocarril para profundizar el modelo agro exportador que beneficiaba exclusivamente a los terratenientes argentinos en detrimento de la mayoría de la población. Este ejemplo muestra que una misma medida en contexto diferentes puede ser caracterizada de distinta manera.
Vayamos al pago del Club de París por parte de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esta medida se produce en un resurgir del proceso de industrialización luego de casi 30 años de neoliberalismos que destruyeron el aparato productivo Argentino junto con una desarticulación social a partir del aumento del desempleo, la pobreza y la indigencia.
A partir de 2003 la economía argentina inició nuevamente un modelo de valorización productiva con fuerte inclusión social sobre todo verificado a partir de la reducción abrupta de la desocupación.
Este nuevo modelo económico se llevo a cabo a espaldas del Fondo Monetario Internacional que recomendaba nuevamente la aplicación de medidas ortodoxas como lo venia haciendo desde mediados de la década del setenta a partir de la dictadura militar. En efecto, el programa neoliberal que implicó el quiebre de la industria nacional, el aumento de la deuda externa, la fuga de capitales, la concentración del capital y el aumento de la marginación social fue consecuencia de los paquetes económicos “sugeridos” por el organismo internacional a partir de la dictadura militar de 1976.
Por lo tanto, este organismo internacional a partir de la década del ochenta, y utilizando como condicionante el fuerte endeudamiento externo generado durante la dictadura militar, ha intervenido en forma creciente en la aplicación de diferentes políticas económicas funcionales a los sectores dominantes, internos y externos, en detrimento de los sectores medios y populares. Tanto las políticas de ajuste estructural aplicadas por Alfonsín como las políticas del Consenso de Washington establecidas por Menem y De la Rua que fueron impuestas por el Fondo Monetario Internacional implicaron una desarticulación económica y social a favor de los sectores dominantes nacionales y extranjeros.
Por lo tanto, cuando Néstor Kirchner decidió construir un nuevo modelo económico y social caracterizado por la valorización productiva y la inclusión social debió pagarle la deuda al Fondo Monetario Internacional. En este sentido, el pago de la deuda al organismo internacional significó liberarse de una institución que a través de sus exigencias, en sintonía con los grupos dominantes, era un impedimento para el desarrollo social y económico del país.
Sin embargo, era de esperar que el organismo internacional en representación de los intereses de los sectores dominantes no se quedara tranquilo. Y así fue. Presionó para que la reestructuración de la deuda con el Club de París sea monitoreada por el Fondo Monetario Internacional. Pero si esto era así, volvían las presiones por parte del organismo internacional para imponer recetas ortodoxas y de nuevo los planes de ajustes que caracterizaron a la Argentina desde mediados de la década del setenta.
De esta forma, el pago al Club de París vuelve a reafirmar la intención del gobierno de liberarse de esta institución cómplice de la destrucción sistemática de nuestra economía y de nuestra sociedad. En otras palabras, el pago al Club de París reafirma la intención del gobierno de Cristina de profundizar un modelo de valorización productiva con inclusión social iniciado en el 2003; para así de esta forma profundizar el desarrollo económico y social y terminar definitivamente con el hambre de los argentinos.
Si esto no fuera así y el pago de la deuda al Fondo Monetario Internacional y al Club de París fuese una política anti nacional y anti popular para empobrecer más a nuestro pueblo surge entonces una pregunta ¿por qué el gobierno de Menem símbolo de lo anti nacional y anti popular no pago ni la deuda con el organismo internacional ni la deuda con el Club de París?. Justamente, debido a que la deuda con estas instituciones les era funcional para la aplicación de políticas neoliberales que terminaron saqueando la economía argentina.
En resumen, en un contexto de industrialización con creación de puesto de trabajo tanto el pago al Fondo Monetario Internacional como al Club de París es, al igual que lo fue la nacionalización de los ferrocarriles por parte de Perón, una medida nacional y popular.

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